Carlo Ancelotti inició su etapa como entrenador de Brasil con un empate sin goles ante Ecuador en las eliminatorias al Mundial 2026. Aunque el resultado mantiene a la "Canarinha" en la pelea por la clasificación, la falta de contundencia del equipo genera dudas sobre el futuro del proyecto.
Un empate que deja más preguntas que respuestas
El partido, disputado en la fase clasificatoria, fue un reflejo de los desafíos que enfrenta Brasil bajo el mando del exentrenador del Real Madrid. A pesar de contar con figuras de alto nivel como Casemiro, la selección apenas logró generar peligro en el arco ecuatoriano, con solo tres remates a lo largo del encuentro.
Ecuador, por su parte, mostró solidez defensiva y reforzó su estatus como uno de los equipos más difíciles de superar en la competición, habiendo concedido solo cinco goles en 15 partidos. A pesar del resultado, ambos equipos continúan en la zona de clasificación directa: Ecuador con 24 puntos y Brasil con 22, por encima de Venezuela, que ocupa el puesto de repechaje con 15 unidades.
Ancelotti y el desafío de revitalizar a Brasil
Si bien el empate no representa una crisis inmediata, la falta de juego ofensivo de Brasil es una señal de alerta para Ancelotti, quien deberá encontrar soluciones rápidamente. El técnico italiano tendrá una nueva oportunidad para demostrar su capacidad de reacción el próximo miércoles 11 de junio, cuando Brasil reciba a Paraguay en un duelo clave para la clasificación.
Mientras tanto, otras selecciones continúan definiendo su camino en la eliminatoria. Chile, por ejemplo, cayó en casa ante Argentina con un gol de Julián Álvarez, dejando prácticamente nulas sus posibilidades de clasificar directamente al Mundial 2026. Ahora, el conjunto chileno deberá apostar por los play-offs interconfederacionales como última alternativa.
Próximo reto de Brasil: Paraguay
El encuentro ante Paraguay será clave para medir la capacidad de reacción de Brasil tras un debut poco convincente. Ancelotti tiene la misión de fortalecer el esquema ofensivo del equipo y hacer que sus jugadores reflejen el potencial que tienen sobre el papel.
La expectativa es alta, y los aficionados esperan que Brasil recupere su característico estilo de juego dominante para asegurar su presencia en el Mundial. El técnico italiano tiene la oportunidad de reivindicarse y consolidar su propuesta táctica en el próximo desafío.