Sábado 24 de mayo de 2025
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Manuel Pérez, el chef venezolano que prepara la mejor hamburguesa gourmet de España

Asegura que su ascenso en la gastronomía se debe a un lenguaje culinario que, dice, es capaz de evocar recuerdos, desafiar lo convencional y construir puentes entre culturas.

Manuel Pérez, el chef venezolano que prepara la mejor hamburguesa gourmet de España
Fue galardonado como el Mejor Chef de Hamburguesas Gourmet de España en la prestigiosa edición 2025 del concurso Burger Combat. Foto: RRSS
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Si la cocina es un idioma que el mundo entero comprende, entonces la historia de Manuel Pérez, un maracayero de 32 años afincado en Bilbao, está escrita en sabores que lo han elevado a la cima de la gastronomía. ¿A qué debe su ascenso? A un lenguaje culinario que, dice, es capaz de evocar recuerdos, desafiar lo convencional y construir puentes entre culturas.

Foto: RRSS

Chef ejecutivo del restaurante Bediako Batzoki Berriam, fue galardonado como el Mejor Chef de Hamburguesas Gourmet de España en la prestigiosa edición 2025 del concurso Burger Combat, un hito que no solo celebra su destreza, sino que también pone en alto el talento venezolano en el competitivo escenario gastronómico internacional.

Presume de su talento e iniciativa sin pena. Asegura que, como creador, nació para infundir arte y narrativa, características que evidenció a través de una lde as preparaciones más populares del mundo: la hamburguesa.

Para él, llegar hasta este punto, ha sido un viaje tan rico y complejo como los ingredientes que componen su plato ganador.

Un espíritu inquieto

Nacido en Maracay, estado Aragua, en 1992, Manuel creció entre las calles de Mata Redonda.

Sus primeros acercamientos a la cocina, cuando tenía 13 años, fueron impulsados por una curiosidad innata y el apoyo incondicional de su madre. Sin embargo, fueron las figuras de sus tres abuelas quienes moldearon su paladar y su pasión.

Una venezolano-italiana le transmitió la riqueza de dos tradiciones culinarias. Otra, llanera, le enseñó los sabores de la tierra venezolana. Y una tercera «adoptiva», vinculada con un negocio de catering, le mostró el lado profesional y logístico del oficio. Ahí lo entendió todo: había nacido para ser cocinero.

Criado en parte por sus abuelos debido a los demandantes horarios laborales de una mamá enfermera y un papá ingeniero de sistemas, Manuel desarrolló una personalidad extrovertida, empática y, según se define a sí mismo, rebelde.

Esta rebeldía no era capricho, sino una profunda necesidad de cuestionar los límites y explorar lo que hay más allá de las líneas establecidas. Esta cualidad la aplicaría más tarde a la metódica disciplina de su cocina.

Su formación inicial en la Escuela Gastronómica El Perejil, conocida por su exigencia, lo encontró como un alumno, a pesar de muy joven, destacado por una chispa de insumisión creativa. Allí obtuvo el título de sous chef, pero su sed de conocimiento lo llevó por otros caminos inesperados.

Entre números y migración

Antes de encaminar su rumbo gastronómico, Manuel coqueteó con otras áreas. Muy atípicas, apunta, pero igual de interesantes y complementarias en la cocina.

Estudió Informática y Administración e incluso se aventuró con la Ingeniería. Esta exploración, que pudo parecer un desvío en principio, fue fundamental.

Rápidamente se dio cuenta de que, para tener éxito en el mundo de los restaurantes, no bastaba con saber cocinar; era imprescindible entender de números, operaciones y logística.

Tras esa epifanía, despertó su amor por la Administración Tributaria y el día a día de los negocios, conocimientos que hoy complementan su habilidad culinaria.

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El 2017 marcó un punto de inflexión en la vida de muchos venezolanos, incluido él. Ante la difícil situación del país, barajó opciones y decidió emigrar con su esposa.

Perú fue el primer destino, elegido por el interés de Manuel en explorar la rica gastronomía peruana y la rapidez de los trámites migratorios. Durante cinco años en el país andino, no solo trabajó en el sector, sino que también cofundó dos empresas, una ambiental y otra de alimentación saludable. Sin embargo, la inseguridad y desafortunados problemas de extorsión los obligaron a buscar un nuevo destino: España.

Era su sueño. Desde niño, se sintió atraído por la gastronomía europea que veía en tantos libros y programas de televisión. Llegar hasta allá no era solo migrar; era la oportunidad de sumergirse en el corazón de esa tradición culinaria que tanto lo había inspirado.

Forjándose un nombre el País Vasco

Siempre fue importante para Manuel Pérez mantenerse fiel a sus raíces venezolanas, reconociendo el valor de lo aprendido en las inigualables “calles del hambre», de la fusión y adaptación que caracteriza la comida callejera de su país.

Sin embargo, también buscó complementar su formación con cursos y, crucialmente, con experiencia directa en cocinas españolas de renombre.

Su primer encuentro con la realidad de la alta cocina vasca fue en el Mendibile Jauregia, en Leioa, donde aprendió a profundidad sobre técnicas tradicionales, aunque siempre buscando darles un giro innovador.

Luego, en Brass Catering con el chef Kenny, un «monstruo en temas de logística y gastronomía», aprendió del manejo de grandes eventos y de cocina internacional.

Su reputación fue creciendo, marcada por su currículo y su conocimiento, afirma. Nunca dejó de destacar que «sabe mucho» de cocina, algo que, dice, también reconocen sus pares.

Esta trayectoria lo llevó a Bediako Batzoki Berria en mayo de 2024, donde asumió la jefatura de cocina en diciembre. Fue en ese lugar, emblemático en Bilbao, donde sus propuestas e ideas encontraron el terreno fértil para florecer, según describe. Además, también se topó con la oportunidad de participar en el Burger Combat 2025.

Todo fue inesperado. La idea se le ocurrió a uno de sus proveedores, quien confiaba plenamente en el potencial de Manuel y su equipo en el Batzoki. La invitación a participar fue casi una orden: «Participas, sí o sí».

Foto: RRSS

El concurso buscaba la mejor hamburguesa gourmet de España, un concepto que Manuel Pérez distingue claramente del estilo americano.

Mientras la hamburguesa americana tiende a sabores comerciales y combinaciones clásicas, la gourmet busca una armonía de ingredientes que cuenten una historia, elevando el plato, a menudo considerado una «alimento de obrero», a una expresión de alta cocina.

El reto estaba en transformar la percepción y la elaboración de la hamburguesa.

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Noticia al Día/Con información de El Nacional

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