Sábado 17 de mayo de 2025
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“Me dicen: ¡guau, guau!”: Sarah Ferguson asegura que la reina Isabel II se comunica con ella a través de sus perros

Desde la muerte de Isabel II en 2022 es la duquesa de York quien cuida de dos de sus perros, Muick y Sandy.

“Me dicen: ¡guau, guau!”: Sarah Ferguson asegura que la reina Isabel II se comunica con ella a través de sus perros
Foto: Duquesa Sarah
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La relación de Sarah Ferguson con la reina Isabel II no solo siguió siendo igual de buena tras su divorcio con el príncipe Andrés en 1996, sino que por lo que cuenta ahora tampoco la muerte de su exsuegra hace tres años ha impedido que siga haciendo buenas migas con ella.

La duquesa de York ha asegurado que la difunta monarca le habla a través de dos de sus perros, Muick y Sandy, los corgis que tanto Ferguson como su exmarido, el príncipe Andrés, adoptaron tras la muerte de Isabel II en septiembre de 2022.

“Tengo sus perros, sus corgis. Todas las mañanas vienen y dicen: ‘¡guau, guau!’, y yo estoy segura de que es ella hablándome. Sé que es ella recordándome que todavía está aquí”, decía Ferguson hace unos días al participar en un foro sobre mujeres creativas. “En fin, fue un verdadero honor ser su nuera. Para mí es algo muy importante. De camino aquí he visto la Elizabeth Line [la línea de metro que lleva el nombre de la difunta monarca] y me dije: ‘Quiero que todo el mundo recuerde lo increíble que era”, añadía.

No es la primera vez que la duquesa de York atribuye poderes psíquicos a los antiguos corgis de su exsuegra. Unos meses después de la muerte de la reina, dijo que los perros eran capaces de percibir la presencia de su antigua ama en Windsor.

“Me han criticado por decir que los corgis perciben la presencia de la difunta reina en Windsor, pero es cierto. Sus perros, Muick y Sandy, a quienes hemos adoptado, suelen ladrar a la nada, lo que me hace pensar que la reina Isabel II se pasea por allí, riéndose. Y no lo digo en broma”, contaba Ferguson al diario Times en 2023.

Los dos corgis viven en el Royal Lodge, la casa que la duquesa de York comparte con su marido, el príncipe Andrés, en los terrenos del castillo de Windsor. Allí conviven con los Norfolk terriers del exmatrimonio, quienes no los recibieron demasiado bien.

“Están bastante enfadados porque sus camas no son tan bonitas. Las camas de los corgis son preciosas, del color azul de la realeza”, explicaba Ferguson. Por lo visto, los perros Norfolk no creen en la transmigración de las almas.

Noticia al Día/VanityFair

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