Un equipo de investigadores en Japón desarrolló el primer útero artificial funcional, diseñado para permitir el crecimiento de fetos humanos fuera del cuerpo materno.
De acuerdo a los investigadores, esta innovación busca mejorar las tasas de supervivencia y desarrollo de bebés extremadamente prematuros, cuya vida corre alto riesgo antes de la semana 28 de gestación.
El sistema consiste en cápsulas transparentes llenas de líquido que simulan con alta precisión el ambiente intrauterino. En este entorno controlado, los embriones pueden desarrollarse mientras se monitorean en tiempo real sus signos vitales y se les suministran los nutrientes necesarios.
Este avance representa un hito en la medicina perinatal, al ofrecer una alternativa más avanzada que las incubadoras tradicionales, con el potencial de transformar el cuidado neonatal.
Actualmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) se prepara para evaluar la tecnología, considerando su seguridad, eficacia y las profundas implicaciones éticas que plantea.
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