A pesar de enfrentar dificultades auditivas y una visión reducida, Marcia Brenner, residente de Nueva York y con un siglo de vida, continúa ofreciendo sesiones de terapia por vía telefónica. Basta con marcar su número para que, unos segundos después, la terapeuta atienda desde su auricular inalámbrico.
Este método, que adoptó tras la pandemia, le permite mantener contacto directo con sus pacientes durante 45 minutos, sin depender de notas escritas —las cuales prefiere evitar por falta de confianza en su precisión. Brenner prefiere escuchar con atención cada historia antes de intervenir con sus reflexiones.
Su historia fue destacada recientemente por The New York Times, donde compartió detalles sobre esta modalidad remota de atención y las razones que la impulsaron a seguir ejerciendo su vocación.
La pandemia marcó un punto de inflexión: obligada a adaptarse, comenzó a usar tecnología para continuar trabajando, motivada por el fuerte sentido de responsabilidad que siente hacia los demás. No obstante, con el tiempo notó que olvidaba datos mencionados en sesiones anteriores, lo que la llevó a adoptar un enfoque más centrado en la escucha activa y directa.
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