A 33 grados se registra la temperatura en Maracaibo, a las 12:40 del mediodía de este lunes, 12 de mayo de 2025. Pero la sensación térmica no perdona: alcanza los 41 grados, gracias a la humedad que no baja del 60 % y la brisa que brilla por su ausencia.
El calor está que pela, y no hay quien aguante. "Es impresionante el clima afuera", soltó sofocado un señor mayor cuando entró a esta sala de redacción, con la camisa pegada al cuerpo del sudor y buscando aire como si acabara de correr la maratón del sol.
En el centro de la ciudad, la gente anda con sombrillas, pañuelos en la cara, y una botella de agua en la mano como si fuera el tesoro más preciado. Algunos prefieren meterse debajo de los techitos de los negocios, mientras otros siguen su rumbo sudando a chorros.
Eso sí, lo que no falta es el guarapo de panela con limón, bien frío y servido en vasito plástico, como manda la tradición. También se ve mucho refresco, agua mineral y hasta hielo a palo seco. Los vendedores dicen que las bebidas vuelan.
"Maracaibo arde", dijo riéndose una señora que vendía jugos naturales frente a la plaza Baralt. “Aquí lo único que se mueve más rápido que el sol es la sed”, agregó.
Así es Maracaibo: caliente, sudado, pero con humor. Porque aquí, el calor no se sufre… se sobrevive.
Noticia al Día
A 33 grados se registra la temperatura en Maracaibo, a las 12:40 del mediodía de este lunes, 12 de mayo de 2025.
El calor está que pela, y no hay quien aguante. "Es impresionante el clima afuera", soltó sofocado un señor mayor cuando entró a esta sala de redacción, con la camisa empapada y buscando aire como si acabara de correr la maratón del sol.
En el centro de la ciudad, la gente anda con sombrillas, pañuelos en la cara, y una botella de agua en la mano como si fuera el tesoro más preciado. Algunos prefieren meterse debajo de los techitos de los negocios, mientras otros siguen su rumbo sudando la gota gorda.
Eso sí, lo que no falta es el guarapo de panela con limón, bien frío y servido en vasito plástico, como manda la tradición. También se ve mucho refresco, agua mineral y hasta hielo a palo seco. Los vendedores dicen que las bebidas vuelan.
"Esto está peor que el horno del panadero", dijo riéndose una señora que vendía jugos naturales frente a la plaza Baralt. “Aquí lo único que se mueve más rápido que el sol es la sed”.
Así es Maracaibo: caliente, sudado, pero con sabor y humor. Porque aquí, el calor no se sufre… se sobrevive con estilo.
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